DATOS PERSONALES
OSCAR VILORIA H.
CORRIENTES Y CONVERGENCIA
CARACAS - VENEZUELA

MMX - 2010


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DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL Y LA TEORÍA DEL VALOR DE RICARDO, A LOS DESEQUILIBRIOS ESTABLES DE NUESTRO TIEMPO
OSCAR VILORIA H.
(Octubre, 2007)

1.- LA VISIÓN RICARDIANA DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL EN UNA CITA

"La acumulación de capital está quizá preparando el terreno para unos beneficios permanentemente decrecientes. Me parece importante averiguar cuáles son las causas que pueden ocasionar un alza en el coste del producto bruto, ya que los efectos que tendría dicha alza sobre los beneficios serían diametralmente opuestos. El alza en el coste del producto bruto puede ser ocasionada por una gradual acumulación de capital que, al crear nueva demanda de trabajo, estimulará probablemente el crecimiento de la población y promoverá en consecuencia el cultivo o la mejora de tierras inferiores; esto no hará que aumenten los beneficios, sino que disminuyan, ya que, no sólo se elevará el nivel de los sala-rios sino que se emplearán más trabajadores que no darán lugar a un aumento proporcional del producto bruto."

(De Ricardo a Malthus, 1817)
“Los Lenguajes de la Economía”. Elies Furio Blasco

APORTE, EXTENDIDO A NUESTRO TIEMPO
Oscar Viloria H.

Básicamente, el proceso de capitalización de las tierras de menor rendimiento aumentará obviamente los costos sectoriales de producción y disminuirá los beneficios medios del sector.
No obstante, este fenómeno encuentra su recíproco en los sectores de la producción de insumos y medios necesarios para equilibrar las capacidades de producción entre las tierras de menor y mayor fertilidad.

De ahí, que cualquier aumento del producto bruto en menor proporción al esfuerzo adicional empleado, será a consecuencia del aumento de los beneficios en otros sectores de la producción, sea esta interna o externa.

Al mismo tiempo, dentro del mismo sector encargado de dar uso productivo a la tierra, la caída de los beneficios medios será el resultado de los menores beneficios que han de percibir lo nuevos productores, toda vez que los productores de tierras más fértiles verán crecer sus beneficios en términos reales.

Siendo obvio que cualquier aumento en el precio de la producción menos eficiente debe al final volcarse sobre los precios de los productos de la tierras más productivas y luego al resto de los mercados, resultando el estado final de los beneficios igual al inicial, para todos los sectores; el aumento real de los beneficios de la producción eficiente carece de todo fundamento nominal.

El aumento de los beneficios en el sub-sector eficiente será también la consecuencia de la disminución de los beneficios de los nuevos productores.

El financiamiento de la producción adicional destinada a satisfacer la demanda creciente tendrá su origen en el excedente de explotación de las tierras más productivas, y los productores originarios verán aumentar su riqueza real a consecuencia de los menores beneficios de la producción ineficiente.

Y ese vendrá a ser el juego que ha de observarse en todos los sectores de la producción interna. Un juego de afluencia piramidal.

Al final, el terreno que venía preparando la acumulación de capital fue la transferencia de beneficios desde el sector fundamental, en vías hacia el desarrollo de los sectores, transformador y de los servicios.

Hoy día, casi 200 años después, Ricardo diría: "…El alza en el coste del producto bruto puede ser ocasionada por una gradual acumulación de capital que, al crear nueva demanda de trabajo, estimulará probablemente el crecimiento de la población y promoverá en consecuencia la producción con técnicas y tecnología de menor eficiencia; ….”

Entretanto, casi 200 años después, la reducción de los beneficios en algún sector o industria continúa encontrando sus recíprocos en otros sectores.

No obstante, la ausencia de un cuarto sector que continúe al de los servicios hace pensar, contrario a lo que podía ser hace casi 200 años, que la acumulación de capitales esta preparando el terreno para involucionar dentro del cuaternario, tal como lo afirmo Albert Einstein cuando le preguntaron sobre las armas que se utilizarían en la 3ra guerra mundial, respondiendo no saber pero advirtiendo que en la 4ta se utilizarían palos y piedras.

2.- LA VISIÓN RICARDIANA DE LA TEORÍA DEL VALOR EN UNA CITA

Poseyendo utilidad, las cosas derivan su valor en cambio de dos causas: de su escasez y de la cantidad de trabajo necesaria para obtenerlas”.
Existen algunas cosas cuyo valor está determinado solamente por su escasez. Ningún trabajo puede aumentar su cantidad y, por consiguiente, su valor no puede ser reducido aumentando la oferta ... Su valor es enteramente independiente de la cantidad de trabajo necesaria para producirlas, y varía según el grado de riqueza y las inclinaciones de los que desean poseerlas.
Estas cosas, sin embargo, constituyen una parte muy pequeña de la masa de artículos que se cambian diariamente en el mercado. La gran mayoría de estas cosas que son objeto de deseo se obtienen por medio del trabajo; y pueden ser multiplicadas no sólo en un país, sino en muchos, casi sin límite alguno, si estamos dispuestos a emplear el trabajo necesario para obtenerlas.
Así, pues, al hablar de las cosas, de su valor en cambio y de las leyes que regulan sus precios respectivos, nos referimos siempre a aquéllas cuya cantidad puede ser aumentada por el esfuerzo de la industria humana y en cuya producción la competencia actúa sin restricciones.
(Ricardo, 1821)
“Los Lenguajes de la Economía”. Elies Furio Blasco
APORTE, EXTENDIDO A NUESTRO TIEMPO
Oscar Viloria H.


Entretanto, al tratarse de una economía abierta con una significativa propensión marginal a consumir bienes importados, serán dos los determinantes fundamentales del valor en cambio de las cosas y así de su disponibilidad oportuna o escasez en el mercado interno: la escasez relativa de los medios globales de pago y, determinado al mismo tiempo por el primero, el valor en cambio de la cantidad de trabajo necesaria para que la gran mayoría de estas cosas que son objeto de deseo este disponible en cualquier lugar del mundo; todo esto sin importar que su producción pueda multiplicarse en un país, o en muchos, casi sin límite.

De hecho, esos medios globales de pago de alguna forma representan una de esas algunas cosas cuyo valor está determinado solamente por su escasez.

El valor en cambio de las cosas que permiten el intercambio internacional de esa masa de artículos que se cambian diariamente en el mercado, vendrá influenciada entonces por la escasez de las primeras en relación a la cantidad de medios locales de pago.

Y esos valores de escasez serán a su vez un determinante fundamental en el proceso de formación de los precios de las cosas cuya cantidad puede ser aumentada por el esfuerzo de la industria humana, sin que esto reduzca el valor final en algunos mercados.

El asunto es no confundir el valor en cambio de las cosas con su precio de mercado. De hecho, será más fácil de aceptar la existencia de tal diferencia cuando el ejercicio abstracto plantea que el último también puede ser menor que el primero.

En primer orden, se espera que el precio de mercado de la gran mayoría de las cosas que son objeto de deseo, sea mayor que el valor en cambio que determina la cantidad de trabajo necesaria para su producción y, menor o igual, que el agregado de éste con el valor en cambio de la cantidad de trabajo necesaria para disponer de esas cosas que se desean en cualquier lugar del planeta, entre otras.

Y en todo caso, de la escasez de esas cosas –redondas y metálicas- que permiten el intercambio entre países. Restricción que en la práctica sintetiza el conjunto de las teorías de oferta, de demanda y del comercio internacional, en una teoría de la escasez de medios de pago de aceptación global, donde el tipo de cambio real es el indicador de escasez, la PPA el mecanismo -generador de escasez- que regula las posibilidades para adquirir la gran mayoría de cosas que son objeto de deseo, y los modelos de crecimiento hacia afuera, la doctrina que obliga a los países a desarrollar los sectores de la producción interior en línea con las necesidades externas y no con las del mercado interno.

No obstante, el impulso para la transición de un desequilibrio estable -es decir, permanente- a una economía en convergencia no puede quedar sujeto a un cambio de paradigma. Las probabilidades estarán siempre condicionadas a la capacidad nacional coordinada para reconfigurar los mercados, tal que, una nueva estructura de la producción refleje el equilibrio dentro del balance de los Transables y No-Transables.